Iván ha entrado por méritos propios en el mundo del vino en el espectro de los Toros de corte moderno. Es un buen ejemplo de vigneron que, traducido al toresano, quiere decir que es un hijo de la tierra, un viticultor convencido que elabora con las uvas de las cepas que plantaron los suyos y siguen en los mismos suelos de arcillas, arenas y cantos rodados que, toda la vida, han formado parte del paisaje cultural de su pueblo.